Cuando revisamos posibles casos de trabajadores que enfrentan disputas con sus empleadores, nuestro objetivo es siempre ofrecer el mejor apoyo y asesoramiento jurídicos posibles. Sin embargo, hay ocasiones en las que debemos tomar la difícil decisión de no aceptar un caso. Para nosotros es importante que entienda que esta decisión a menudo tiene más que ver con la política de nuestro bufete que con los méritos de su situación.

Hay una serie de factores que tenemos en cuenta a la hora de decidir aceptar o rechazar la representación. Esta página explica algunas de las razones más comunes por las que declinamos la representación.

¿Te dejaremos en una mejor situación?

Los litigios pueden ser largos y costosos, tanto en términos de costos como de honorarios de abogados. Nos esforzamos por evitar ponerlo en una situación en la que los costos de llevar adelante su caso puedan superar los beneficios potenciales que podemos conseguir en su nombre.

También tenemos en cuenta las consecuencias a largo plazo para nuestros clientes potenciales. Esto incluye no sólo el resultado inmediato del caso, sino también los costes emocionales y personales del litigio. Si los riesgos parecen demasiado altos en relación con los resultados potenciales, puede llevarnos a la conclusión de que seguir adelante con su caso con nuestra ayuda podría no ser la mejor idea.

Estamos aquí para abogar por nuestros clientes, pero parte de nuestro trabajo es asegurarnos de que la defensa es en el mejor interés de nuestro cliente, financiera y emocionalmente. Si creemos que nuestra representación puede perjudicarle más de lo que le ayudará, podemos declinar la representación.

¿Perdimos el contacto con usted?

La comunicación es el pilar de una relación efectiva abogado-cliente. Hay ocasiones en las que, a pesar de nuestros esfuerzos por ponernos en contacto con un posible cliente y seguir adelante con su caso, perdemos el contacto con él.

Si un cliente potencial no responde y no somos capaces de comunicarnos con él durante un período significativo, nos vemos obligados a tomar la difícil decisión de no continuar con su caso. La comunicación periódica es esencial para recabar la información necesaria, prestar asesoramiento jurídico y elaborar estrategias, por eso es crucial que ambas partes estén en contacto.

Si le ha ocurrido esto, no dude en ponerse en contacto con nosotros de nuevo para reabrir su consulta. Estaremos encantados de recibir su respuesta.

¿Podemos cumplir con sus expectativas?

Nuestro objetivo es siempre construir relaciones sólidas y transparentes con nuestros clientes para alcanzar sus objetivos. Nunca queremos que nuestros clientes se sientan insatisfechos al final de su caso. Para ello, nos esforzamos por evitar malentendidos sobre el proceso legal, evaluaciones demasiado optimistas del valor de un caso y plazos poco realistas para la resolución de su caso.

Pero a menudo, debido a que el dolor causado por un empleador es tan sentido personalmente por nuestros clientes potenciales, las expectativas pueden ser altas. En algunas situaciones, por ejemplo, las noticias sobre grandes veredictos de jurados o acuerdos pueden distorsionar lo que es realista dentro de las limitaciones de la ley y las pruebas disponibles.

Hemos comprobado que una representación exitosa requiere que nuestras expectativas coincidan con las de nuestros clientes. Aunque nuestro objetivo es garantizar el mejor resultado posible, las predicciones sobre acuerdos o indemnizaciones deben basarse en la realidad. Por lo tanto, si creemos que los resultados probables de un caso potencial podrían no satisfacer sus expectativas, podemos declinar la representación.

¿Somos una buena opción para su caso?

Nuestro objetivo al decidir si aceptamos un caso es garantizar de que nuestros clientes potenciales reciban la mejor representación posible, adaptada a las necesidades específicas de su caso. En algunos casos, no siempre somos nosotros.

Por ejemplo, frecuentemente recibimos consultas de empleados de agencias públicas, como los que trabajan para ciudades, condados, gobiernos estatales o federales. Debido a que se aplican reglas y procedimientos específicos para ese tipo de reclamos, a menudo rechazamos la representación en esos casos.

Si bien manejamos una amplia gama de disputas laborales, hay algunas áreas especializadas donde podemos carecer de la experiencia necesaria para ofrecerle la mejor representación posible. En esos casos, podemos declinar la representación.

Esta limitación no disminuye la validez de su situación, sino que refleja nuestro compromiso de ofrecer una representación de alta calidad en las áreas que mejor conocemos.

¿Su disputa está relacionada con el trabajo?

Nuestra experiencia y recursos están específicamente adaptados a la resolución de litigios laborales. Cuando un caso que se nos presenta no involucra un problema relacionado con el trabajo, queda fuera del alcance de nuestra práctica.

Esto puede incluir disputas personales, desacuerdos comerciales u otros asuntos legales no relacionados con el lugar de trabajo o las relaciones laborales. En tales casos, podemos declinar la representación porque creemos que el posible cliente estaría mejor hablando con un bufete especializado en el área relevante de la ley.

¿Decidió no seguir adelante con su caso?

Hay ocasiones en las que, después de consultas y evaluaciones iniciales, un posible cliente decide no seguir adelante con su caso. Esta decisión puede estar influenciada por varios factores, incluyendo consideraciones personales, una reevaluación del impacto potencial del caso en su vida, o una decisión de buscar resoluciones alternativas.

Cuando un cliente nos informa de su decisión de no emprender acciones legales, respetamos su elección y cerramos su posible caso en nuestro sistema.

¿Qué tan fuerte es la evidencia?

Nuestra capacidad para aceptar casos depende en gran medida de las pruebas disponibles. Los casos basados en testimonios de boca en boca o los que sólo se apoyan en pruebas circunstanciales pueden crear riesgos significativos para nuestros clientes. En esos casos, podemos declinar la representación.

Una desafortunada realidad de nuestro sistema legal es que la historia de una persona, aunque sea cierta, puede no tener éxito en los tribunales si no podemos probarla. Por lo tanto, tratamos de ver el panorama general al evaluar si aceptamos la representación, examinando la solidez, la base jurídica y la credibilidad del caso. Cuando falta alguno de estos puntos, probar el caso puede resultar muy difícil y crear riesgos innecesarios para nuestros clientes.

Es importante destacar que esta evaluación no es un reflejo de nuestra creencia en su historia. Más bien, se trata de los estrictos requisitos del sistema legal dentro de los cuales debemos trabajar.

¿Ha comenzado ya el caso?

A menudo adoptamos un enfoque único para los casos, aplicando estrategias y tácticas específicas que otros bufetes pueden no aplicar. Cuando nos encontramos con casos que han sido muy litigados por otro abogado o bufete, a menudo declinamos la representación porque es probable que su enfoque difiera del nuestro en aspectos significativos.

La razón es sencilla: cada abogado tiene su propio estilo, perspectiva y metodología para construir y argumentar un caso. Si un caso ha sido moldeado significativamente por la estrategia legal de otro, puede que no coincida con nuestro enfoque. Esta desalineación no tiene que ver con la calidad del trabajo del abogado anterior, sino con la diferencia en nuestras filosofías y tácticas legales.

Cuando nos enfrentamos a un caso que ya se ha iniciado, a menudo tenemos que tomar la difícil decisión de declinar la representación. Esta decisión se basa en nuestro compromiso de garantizar que cada cliente que aceptamos reciba la mejor representación posible, de acuerdo con las estrategias y principios que nuestro bufete ha desarrollado y que defendemos.

¿Se han cumplido todos los plazos?

A veces, cuando nos llegan casos, lamentablemente ya ha pasado el plazo legal para actuar. Estos plazos están fijados por ley y están fuera de nuestro alcance. Cuando esto ocurre, la oportunidad de interponer un recurso judicial puede verse seriamente limitada o perderse por completo, independientemente de los méritos del caso.

Los plazos aplicables varían en función del tipo de demanda y de la jurisdicción. Sin embargo, una vez transcurridos estos plazos, la ley suele prohibirnos proseguir con el caso. Entendemos que esto puede ser muy frustrante. Pero, por mucho que nos gustaría encontrar una manera de ampliar o eludir los plazos legales, a menudo están fuera de nuestro control.

¿Qué tan recientes son los reclamos?

Con el tiempo, las pruebas pueden quedar obsoletas, lo que dificulta la presentación de un caso convincente. No se trata sólo de pruebas físicas; los recuerdos de los testigos pueden desvanecerse, los documentos pueden perderse o destruirse y los datos electrónicos pueden sobrescribirse.

Cuanto más se tarde en iniciar una acción legal, más difícil será reconstruir los hechos de forma precisa y convincente. Si nos preocupa que las pruebas se hayan quedado demasiado obsoletas para cumplir los estrictos requisitos del proceso judicial, puede llevarnos a la conclusión de que no somos los más indicados para llevar adelante su caso, a pesar de nuestro genuino deseo de ayudar.

Consideraciones éticas

Como abogados, estamos obligados a cumplir estrictamente las directrices éticas, entre ellas evitar los conflictos de intereses. Si encontramos un conflicto, es nuestra responsabilidad dar un paso atrás, asegurando la integridad de nuestro sistema legal.

Nuestro principal objetivo al identificar y evitar conflictos de intereses es asegurar que cada cliente reciba la lealtad e imparcialidad que se merece. Esto no sólo se alinea con las normas éticas, sino que también asegura que nuestros casos se manejan con el máximo cuidado y profesionalismo.

Brindar asesoramiento legal

Debido a que hemos decidido no asumir la representación en su caso, y debido a que es posible que no tengamos todos los hechos en cuestión en su situación, no estamos en condiciones de ofrecerle asesoramiento legal. Esto no es un reflejo de la validez o importancia de su situación, sino más bien una cuestión de principales profesionales y éticas las que nos adherimos.

El asesoramiento legal requiere un análisis exhaustivo de todos los hechos y, para realizar adecuadamente ese análisis, requerimos una relación formal abogado-cliente. Esto garantiza que la orientación que proporcionamos no solo sea precisa, sino que también se adapte a las circunstancias únicas en cuestión.

Esta fue una decisión difícil

En última instancia, nuestra decisión se reduce a nuestro juicio de qué tan efectivamente podríamos representarlo y qué resultado realista podríamos lograr para su caso. Si no nos sentimos seguros de que podemos dedicar todos los esfuerzos y tener una fuerte oportunidad de una resolución favorable, podemos decidir que usted estaría mejor servido por otra empresa. No es una decisión fácil, pero surge de nuestro compromiso con las prácticas éticas y de anteponer los intereses de los clientes.

Cuando tomamos la decisión de no aceptar un caso, lo hacemos con gran pesar. Nos apasiona apoyar a los trabajadores y defender los derechos laborales, y rechazar a alguien nunca se siente bien. Nuestra esperanza es que, incluso si no podemos tomar su caso, esta explicación lo ayude a orientarse hacia los siguientes pasos más adecuados para su situación.

Su caso es importante, y le deseamos todo lo mejor.